sábado, 8 de febrero de 2014

AEROPUERTO DE MADEIRA: INGENIO PORTUGUÉS.


Es considerado una obra de arte de la ingeniería lusa. Sus particulares características pone a prueba a los más veteranos pilotos y despierta fascinación entre los entusiastas de la aviación internacional. 


Por: Santiago López González.
Fotos: Marco Sousa.
Publicado también en: www.revistaaerea.com  

Probablemente usted no lo sepa, pero Madeira es un archipiélago portugués ubicado en el océano Atlántico, es un paraíso turístico que atrae a miles de visitantes a lo largo del año y es famoso por su exótica vegetación, paisajes y su aeropuerto.

Este inusual aeropuerto está ubicado en un acantilado a unos cuantos kilómetros del centro de Funchal, la capital madeirense y es famoso por sus fuertes vientos cruzados en la aproximación final, la cual requiere un escarpado viraje. Esta maniobra ponen en aprietos a más de un piloto que intenta aterrizar en una pista que es considerada como una de las obras maestras de la ingeniería portuguesa.

El Aeropuerto de Madeira es visitado por una varias aerolíneas europeas. 

La historia del aeropuerto internacional de Madeira se remonta al periodo comprendido entre las dos guerras mundiales, cuando un hidroavión F3 realizó un vuelo desde Lisboa hasta el puerto de Funchal, hecho considerado histórico porque abrió la posibilidad de establecer un servicio aéreo regular entre Portugal continental y los territorios insulares.

Pero ese servicio aéreo sería una realidad sólo hasta el 8 de julio de 1964, cuando un aeropuerto con una pista de 1.600 metros de largo fue oficialmente inaugurado, hecho que cambió por completo la dinámica del transporte y comercio en la isla.

La creciente industria turística, el desempeño de la economía, entre otros factores, hicieron evidente la necesidad de mejorar las condiciones de la pista para permitir la operación de aviones jet de mayor porte y así aumentar la capacidad de carga y pasajeros que entraban y salían del archipiélago.
 
Madeira es un importante punto turístico para Portugal, de ahí la
importancia de contar con un aeropuerto de excelentes estándares.
Para conseguirlo tanto la terminal como la pista fueron ampliadas y modernizadas varias veces durante la década de los 80 y 90 del siglo XX, con el ánimo de responder a las necesidades y ofrecer unas mejores y más seguras instalaciones e infraestructuras.

Pero tal vez la transformación más significativa fue finalizada en el 2000, año en que las autoridades portuguesas presentaron una imponente pista de 2.781 metros de largo sostenida por unas 180 columnas de concreto que están ubicadas en un terreno ganado al mar, lo que captó la atención de ingenieros, arquitectos y pilotos a nivel internacional.

La extensión de la pista se consiguió en un terreno ganado al mar
que requirió un complejo estudio de ingeniería.

A simple vista la pista del aeropuerto parece la de un enorme porta aviones, pero mejor es mejor observar con detenimiento porque debajo de esa mole de concreto, al igual que en los porta aviones,  se guardan más secretos como algunas oficinas, una marina, estacionamientos y hasta una autopista  serpentea entre las columnas para comunicar a Funchal con el extremo sur de la isla.

Mientras existe todo tipo de actividades bajo la pista, sobre su superficie unos 20.000 mil aviones hacen uso de ella anualmente, movilizando más 2 millones de pasajeros anualmente según cifras proporcionadas por la firma ANAM (Aeroporto e Navegação Aérea da Madeira S.A) que también gestiona las operaciones del aeropuerto de la vecina isla de Porto Santo, la segunda en importancia en el archipiélago.

Las reformas realizadas hacen de la pista un lugar  mucho más seguro para la operación de aeronaves y de igual forma le han traído reconocimiento internacional por su diseño y construcción, como el otorgado por la Orden de los Ingenieros al considerarla como una de las 100 obras de la Ingeniería Civil del Siglo XX. 

Amanecer en Madeira. Una moderna autopista cruza debajo de la pista
principal del aeropuerto. Al fondo la torre de control. 


Sobre su particular pista de aterrizaje se posan todo tipo de aeronaves desde el Dash 8-200 de la aerolínea Sata,  siendo este uno de los aviones comerciales más pequeños que opera en la isla, hasta el moderno Airbus A330 de TAP Portugal que vuela semanalmente a la ciudad de Caracas, Venezuela, en donde existe una gran comunidad de ciudadanos madeirenses.

El Airbus A330-200 de TAP Portugal es el avión más grande que opera
con regularidad en Madeira. Cubre semanalmente vuelos a Caracas y Lisboa

 Desde la isla se puede acceder por vuelos regulares a las principales ciudades de Portugal, incluida Ponta Delgada la capital de las islas Açores, así como a las más importantes capitales europeas como: Londres, París, Ámsterdam, Madrid y  Copenhague, desde allí a su vez los pasajeros pueden viajar a otros destinos en Asia, África o el resto del continente europeo.

Sin lugar a dudas el aeropuerto internacional de Madeira, genera cierto grado de respeto por parte de los pilotos que se enfrentan a sus fuertes vientos cruzados, a un escarpado viraje de aproximación en una de sus cabeceras y a  un entrenamiento especial para poder operar allí.

De igual forma genera un sentimiento de fascinación cuando se está allí frente a esa súper estructura única en el mundo que permite que un paraíso como Madeira esté al alcance de todos aquellos quieran descubrirla.