Una iniciativa que ya hace eco a nivel
internacional al demostrar que es posible garantizar la operación de una
terminal aérea de manera segura, sustentable y amigable con el medio ambiente.
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El
mundo entero conoce las maravillas naturales que se encuentran en el
archipiélago ecuatoriano de las islas Galápagos, en el océano Pacífico. Ahora
este conjunto de islas remotas puede presumir del Aeropuerto Seymour por
ser la primera terminal aérea
“verde”, la cual está ubicada en la isla de Baltra.
Este
aeropuerto que es un motivo de orgullo para los galapeños y ecuatorianos, es el
resultado de una propuesta hecha por Corporación América –administradora del
Aeropuerto Seymour- que buscaba modernizarlo y adaptarlo a las necesidades del
creciente mercado.
Airbus A320 de TAME, aerolínea habitual en el Aeropuerto Seymour |
El
reto no fue fácil y la gran dificultad a la hora de plantear el proyecto fue
afectar lo menos posible el frágil ecosistema de la isla y potenciar los
recursos que el mismo entorno ofrecía, como la brisa del mar, las corrientes
oceánicas, la luz del Sol, entre
otros factores que hicieran a la terminal amiga del medio ambiente sin
dejar de ser sostenible.
El
resultado fue una nueva terminal de pasajeros de 6.000 metros cuadrados con
características únicas, por ejemplo: el techo reposa sobre columnas que en
realidad son antiguas tuberías de acero recuperadas de los campos petroleros
del este del Ecuador.
Muchos
de los pasajeros que han transitado por la terminal han resaltado que la
edificación es sumamente luminosa gracias a la nueva ubicación que permite
aprovechar la luz solar por medio de ventanales y claraboyas, de igual forma la
inclinación del techo permite la entrada y salida de la brisa marina,
garantizando circulación de aire fresco para evitar el uso de aire
acondicionado.
La
energía utilizada es 100% renovable obtenida gracias a paneles solares y al
parque eólicos ubicado cerca al aeropuerto que producen electricidad suficiente para las operaciones
diarias. También fue construida una planta de agua desalinizadora y de
tratamiento que les permite abastecerse de agua que a su vez, luego es
reciclada para el uso de los baños y el riego de los jardines.
Precisamente
los jardines son también un punto de interés en esta inusual terminal aérea,
dado que están compuestos por plantas endémicas que hacen parte de un ambicioso
plan de replantación que se está adelantando en todo el archipiélago.
Hasta
el más mínimo detalle fue cuidadosamente estudiado, incluso los muebles de las
salas de pre embarque y de los locales comerciales fueron certificados como
amigables con el medio ambiente para generar el mínimo impacto.
Sector de check-in de pasajeros. |
Este
proyecto ha servido de ejemplo en diferentes rincones del mundo y ha llamado
aún más la atención después de recibir el certificado LEED Gold entregado por
el US Green Building Council de los Estados Unidos, cuyo reconocimiento lo
convirtió en el primer aeropuerto 100% ecológico del mundo.
Pero
el reto continúa y ahora Corporación América enfoca sus esfuerzos en conseguir la certificación de
operación de una terminal aérea de emisión neutra de carbono, poniendo aun más
alto el listón para otros aeropuertos de la región que aun no han comenzado su
camino hacia un funcionamiento amigable con el medio ambiente.
Nota: Reportaje también publicado en www.revistaaerea.com