viernes, 1 de marzo de 2013

LA AVIACIÓN COMERCIAL ESPAÑOLA EN PICADA A CAUSA DE LA CRISIS.


Cierre de aeropuertos, suspensión de operaciones y huelgas es el panorama que reina en el que era uno de los países con mayor actividad aeronáutica de Europa.



Atrás en el pasado parece haber quedado la época “dorada” del apogeo económico de España, en el que las subvenciones otorgadas por la Unión Europea (UE) modernizaron la infraestructura del país.

Iberia intenta sobrellevar la crisis para evitar
un aterrizaje forzoso. 
La aviación comercial fue una de las grandes beneficiadas de este “boom” de inversiones que le permitieron al país ibérico convertirse en el país miembro de la UE con mayor cantidad de aeropuertos, lo que permitió un incremento del tráfico aéreo nacional e internacional y el desarrollo de la industria turística.

En medio de la crisis mundial, España no sólo lidia con el desempleo, la aviación comercial amenaza con venirse abajo si sus bases continúan desgastándose por falta de estrategias para sobrellevar las dificultares económicas.

Los primero en sentir el remezón económico fueron los aeropuertos de pequeñas localidades que durante los años de “bolsillos llenos” se beneficiaron del servicio aéreo, el cual hoy brilla por su ausencia.

Tal es el caso de la localidad de Huesca, un punto turístico de importancia para los amantes de los deportes de invierno y que fue una de las primeras en ser eliminada de las redes de rutas de las aerolíneas.

Actualmente reciben un promedio de 15 pasajeros mensuales, la mayoría de ellos arriban en vuelos privados a un aeródromo cuya construcción costó cerca de 40 millones de Euros y que hoy, ante la ausencia de tráfico y escasez de dinero en las arcas del gobierno local,  podría ser cerrado para siempre.

A esto se suma la creciente deuda que acumula el sector aeronáutico español estimada en 12 mil millones de Euros, según fuentes oficiales, parte de ella adquirida para patrocinar la construcción de los ya llamados “aeropuertos fantasmas”.

Spanair primera víctima de la crisis aérea española.
A este panorama de desolación hay que sumar las dificultades que enfrentan los operadores, algunos sin mucho éxito como Spanair, aerolínea que contaba con subsidios del Gobierno Catalán y que dejó de operar a comienzos del 2012. 

Spanair fue la primera y podría no ser la última si no se implementan medidas claras y rápidas que permitan a los operadores mantener sus niveles de equilibrio. Algunas han optado por  enfocarse en los mercados rentables, tal y como lo hace Air Nostrum, empresa que opera una franquicia de Iberia en vuelos regionales y que anunció la suspensión de rutas, destinos y reducción de frecuencias para hacer frente a la caída del número de pasajeros.

Air Europa intenta aprovechar la
oportunidad en medio de la crisis.
La falta de demanda, la poca competitividad y el alto precio del combustible se la están cobrando caro a empresas como Iberia que perdió más de 6 millones de pasajeros en el último año, mientras que su competidora directa Air Europa dejó de transportar cerca un millón y medio de personas y que ha aprovechado la situación crítica de la línea aérea de bandera, para ampliar sus destinos internacionales a los añadirá Montevideo, Santo Domingo y San Juan. 

Muchos de los pasajeros optaron por volar en empresas de bajo costo que son las únicas que se han beneficiado del momento y hoy muestran orgullosas  cifras alentadores, como la irlandesa Ryanair que ya se consolidó como la primera aerolínea en el número de pasajeros transportados desde el 2011, con cerca de 32.2 millones de pasajeros y una cuota de 45.4% en el mercado internacional.

La irlandesa Ryanair se consolidó como primer operador
de vuelos internos en España
Este fenómeno llevó a Iberia a plantear la creación de una compañía de bajo costo llamada Iberia Express, lo que ocasionó gran malestar entre sus empleados quienes convocaron a varias huelgas, al tiempo que los altos funcionarios de la empresa anunciaron que no se verá afectada la calidad del servicio, las condiciones de trabajo y por el contrario serían originados unos mil puestos de trabajo.  

Esta razón parece no ser suficiente para los trabajadores quienes expresaron su desacuerdo por la creación de la filiar de bajo costo y provocaron la cancelación de cientos de vuelos
a nivel doméstico y europeo, lo que también ha llevado a momentos de caos en varios  aeropuertos españoles. 

Ya al otro lado del Atlántico comienzan a percibir las dificultades que toman lugar en la madre patria y por eso las compañías latinoamericanas preparan sus planes de contingencias ante una ruptura del mercado español. Avianca, la aerolínea bandera de Colombia y Centro América, incrementó el número de vuelos desde Bogotá a Madrid y optimizó el uso de un avión A330 en los vuelos que parten desde Medellín y Cali hacia la capital española, logrando de esa manera ofrecer más frecuencias, asientos y horarios para sus usuarios. 

Incluso compañías como Turkish Airlines y Qatar Airways, mostraron su interés en volar desde sus respectivos hubs hacia América Latina, a través de España como punto de escala aprovechando la coyuntura que ya deja a muchos pasajeros en tierra. 

Este panorama de espesos nubarrones que genera incertidumbre y descontento generalizado no muestran signos de dispersarse, la crisis aeronáutica amenaza con extenderse, agudizarse e incluso cobrar otras víctimas antes de partir y dejar un cielo despejado que recuerde aquellos años en los que brillaba el Sol para el sector aéreo español hasta que eso ocurra habrá que seguir volando bajo.


Santiago López González.
Para Revista Aérea.
Fotos: Santiago López González. 

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